Cuando perdemos un ser querido, queda en nosotros un vacío, su ausencia
nos provoca sentimientos diferentes. Sonreír y revivir, nuestros
recuerdos y nuestros actos en esta vida, son el mejor legado. Por
experiencia, creo que lo mejor es aceptar la muerte como algo tan
natural como la vida, no digo que no sea doloroso perder a alguien, pero
es muy sano ver la parte positiva. Recordar los buenos momentos que
hemos pasado, la felicidad que nos ha proporcionado y la suerte que
hemos tenido por poder disfrutar de su compañía. Yo estoy convencida de
que pasan a una mejor vida, literalmente, una infinita, de felicidad
plena y que cuando Dios quiera yo también acudiré. Hablando desde el corazón.
Y ahora os enseño en imágenes mi paso a paso.
Como veis mis sentimientos son de ESPERANZA, porque TODO PASA.